viernes, 15 de julio de 2011

¿Puede una gordita ser feliz?

¿Y una delgada puede?

Según la Wikipedia: La felicidad es un estado de ánimo que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado una meta deseada y buena. Tal estado propicia paz interior, un enfoque del medio positivo, al mismo tiempo que estimula a conquistar nuevas metas. Es definida como una condición interna de satisfacción y alegría.

¡Vaya, mejor definido imposible!

La felicidad es un estado de ánimo. Estados de ánimo tienen todos los seres humanos, gordos, flacos, chaparros, altos, con tres dedos, tres ojos, cinco piernas, etc. Se produce cuando alcanzamos una meta que nos hemos fijado. Otra vez, todos tenemos metas; ¿quién no tiene metas en la vida?, ¿será que los gordos no?

Ahora, ¿por qué hay personas que nos siguen etiquetando y pensando que porque somos gordos no podemos ser felices? De aquí llego a una dolorosa conclusión, porque desde pequeños, si somos gordos, nos atacan, se burlan de nosotros, nos menosprecian, todo por ser gordo; y claro, la felicidad es algo que nos va a costar alcanzar, pero... ¿no pasará lo mismo con los niños delgados, que tienen otras cosas por las que burlarse como la nariz muy grande, por ejemplo?, (tampoco digo que hay que burlarse de esos niños).

Es lamentable que siempre, toda la vida, se nos etiquete simplemente por ser gordos; somos objeto de burla constante, por parte de personas que hasta nos compadecen nada más porque tenemos muchos kilos de más, pero bueno, esas personas no se ven sus defectos, porque la misma sociedad no señala como defecto o "enfermedad" una nariz grande, dientes chuecos, arrugas por todos lados, verrugas en la cara, etc.

Pero el camino a la felicidad, lo mismo a gordos que a delgados, es siempre largo y penoso, es un camino que lleva años, y no digamos ya a la felicidad, sino a la paz interior, a sentirnos en paz con Dios, con la vida y con nosotros mismos, a vivir realmente satisfechos, hayamos o no logrado todas nuestras metas, o aunque nos falten metas por alcanzar; cualquier persona, sea del tamaño de cuerpo que sea, pasa por un largo camino, las más de las veces espinoso, para lograr dicha paz.

Pero sucede que a nosotros los gordos nos tiene que ser más difícil... mmmmmm... no creo, creo más bien que depende de cada persona; estoy de acuerdo que a un gordo pueden pesarle ciertas cosas (aparte de los kilos), pero a un delgado también; hay personas delgadas que son muy duras con sus cuerpos, los ven deformes o los ven feos, sino fuese de esa manera, no habrían aumentado las cirugías estéticas en los últimos años; es el cuento que nunca acaba, querer ser como la moda dicta; eso no creo que sea felicidad, porque nunca es suficiente, así que... seguramente muchas mujeres hermosas, son más infelices que una gorda, porque al estar tan pendientes de su cuerpo, no alcanzan esa paz interior que tanto bien nos produce.

Y qué lástima que muchas gorditas tampoco la alcancen. Qué triste que los kilos de más pesen en el alma y no sólo en el cuerpo.

La felicidad, la paz interior, un enfoque positivo, la satisfacción y la alegría, no son propiedad exclusiva de los no gordos, es de todos los seres humanos, que tratamos de alcanzarla con los medios que tengamos más cerca, yo casi que la toco al estirar el brazo, espero que los que leen estas líneas también.

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