sábado, 3 de marzo de 2012

Y al que no le guste...

Cierto día encontré un mensaje de una chica que decía que no le gustaba estar gorda... me puse en sus zapatos (porque algún día los tuve) y traté de responderle algo que le pudiera servir; ésta fue mi respuesta:

Ya leí todo, así que contaré un poquitín de mi historia: yo me sentía como M; fea, deprimida, autoflagelándome, mirándome feo; no me gustaban ni los espejos que me devolvían una imagen redonda. Un día me harté de todo eso y decidí que si no hacía algo por arreglar mi triste situación, acabaría en la depresión total; así que me puse a buscar en el Internet acerca de los gordos, necesitaba sentirme identificada con algo, o al menos saber que no era la única, y así me encontré con varios grupos que abogaban por la aceptación de uno mismo.

Quiero decirte que no es de un día para otro, no es una varita mágica que te quite la ansiedad por tener tantos kilos de más; es un proceso lento, a veces demasiado lento. Yo empecé a buscar ropa que me quedara (difícil, pero no imposible), comencé a maquillarme, a verme bonita, a tratar de que otros me vieran bonita, a quitarme los miedos cuando algún hombre me observaba, porque sabes, ese miedo no te deja aceptar las miradas de los hombres, que consideras de burla; uno se mete tanto en su propia concha, que es difícil salir de ella. Tampoco adelgazar me sirvió de mucho; cuando era más joven me impuse una dieta de miedo (sólo comiendo poco es como se quitan los kilos, sino pregúntale a cualquier top model); ya delgada (parecía tabla) no le gustaba del todo a los hombres, algunos sí, a otros no, y yo seguía sintiéndome mal y esclava de la comida, de la poca comida, porque sabía que si no comía como pájaro enfermo iba a engordar de nuevo.

En fin, que aprendí que ser delgada no sirve de nada si no me quiero, que sí hay hombres a los que les gustamos, y hombres guapos, bellos; yo tengo amigas gorditas que han tenido unos novios preciosos, educados, amables... yo que lo he vivido, puedo decir que mucho de lo que percibimos a nuestro alrededor tiene que ver con nuestra manera de vernos a nosotros mismos. Hagamos algo con lo que podamos cambiar, con lo que no, ni caso tiene preocuparnos. Y como diría una chica gordita que conocí hace algunos años: "al que no le guste cómo me veo, que mire para otro lado".